Capítulo 16.
¿Será todo esto un sueño?
No recordaba haberse sentido tan bien alguna vez hace años, el quemar su pasado y sentir que él tenía el control de todo le hizo sentir tan bien, fue como si algo en él se renovara de cierta forma.
Podríamos decir que al fin tenía un poco de paz.
Jungkook ha sido muy lindo, cuando lo nota extraño lo marca con su aroma. Y trata de hacerle saber lo especial que es.
Como el otro día, cuando el alfa llegó con un gorro tejido color amarillo, tenía unas flores que le adornaban.
—Debemos cuidar tu rostro, es muy lindo para sufrir quemaduras y también aquí hay algo de protector solar, he visto que te gusta salir con Jin al jardín y ahora puedes hacerlo con toda confianza.
Jimin se queda en silencio admirando eso y algunos prendedores para cabello —Jungkook, esto es mucho...
—No lo es, es poco para lo que yo quisiera darte, pero sé que poco a poco lo aceptarás.
—No es justo, yo no tengo que darte.
—Ya me das tu compañía y tu existencia, no puedo pedir más —sonríe y le besa la frente.
También había días donde Jimin le era difícil despertar, al estar marcado con el olor de Jungkook le ayudaba a dormir mejor. Al levantarse encontraba una bandeja con desayuno preparado y alguna nota deseándole feliz día. Jimin sonreía feliz.
Entonces él se dedicaba a cocinar algún postre y dejarlo en la cocina con una nota de respuesta y minutos después tenía al alfa en su puerta con una gran sonrisa y con una bolsa nueva con algún regalo alegando que era perfecto para él.
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Era de mañana cuando se despertó por el sonido del agua en el jardín, talló sus ojos con sus manos hechas puños, deslizó las sábanas a un lado para bajar de su cama, ir al baño y vestirse para salir.
Acarició el collar que Jungkook le obsequió hace unos días, sus labios lo traicionaron dejando escapar una sonrisa, suspiró agradecido por tener la suerte de haberlo encontrado.
No cualquiera te enseña a volar sin alas, nadie se atreve a enfrentar los fantasmas de tu pasado ni las sombras del ayer.
Nadie caminaría sobre el fuego por tu causa.
Todo pintaba a ir lindo con ellos, Jungkook era muy tierno y respetuoso, no le apuraba a nada, solo eran pequeños roces, manos juntas y abrazos infinitos.
Su amor era tan puro y bello como siempre lo había soñado con la gran diferencia que ahora era real.
Jungkook no dejaba de obsequiarle cosas, o acompañarlo, el día anterior estuvieron mucho tiempo hablando, Jimin se interesó cuando el alfa le invitó al jardín para que tomara algunas clases con él. Al final terminaron acostados sobre el pasto pasando un buen rato en pleno silencio.
Terminó de vestirse y acomodar las mantas en su lugar.
Al salir de su habitación encontró a Jin inclinado en la tierra, su ceño fruncido le hacía notar lo concentrado que estaba hablándole a un pequeño montículo de tierra que había en su mano.
—Ya saben mis pequeñas, tienen que ser lindas y hacer que mis plantas crezcan hermosas, el otro día vi un batallón de hormigones, pero súper Jin no dejó que esos malvados bichos se comieran sus hojitas —el omega estaba a punto de llevarse algo a la boca cuando Jimin lo interrumpió.
—Jin, ¿qué haces? —se acerca con curiosidad.
—Nada ricitos, te juro que no iba a darle un besito a Rosi —avergonzado mostró a la lombriz que tenía resguardada en la mano.
—¿De qué hablas? Jin —preguntó preocupado, últimamente el omega estaba actuando un poco extraño.
—Es que estoy colocando unas lombrices en las plantas, leí que son buenas para ellas, ¿sabías que las lombrices son ciegas y poseen 10 corazones, ¿te imaginas qué pasaría si sufren una decepción amorosa? Pobrecitas intentar sanar 10 corazones, aunque eso sería ilógico, pues... ¿cómo sabrían quién las engañó si no tienen ojos y...?
—Jin amigo, eso es muy interesante, pero estabas a punto de besarlas, solo ten cuidado, la tierra puede tener algún parásito o microbio y podrías enfermar —Jimin le observa con preocupación.
El omega castaño tenía los ojos nublados por las lágrimas que se juntaban en ellos —No, Jimin te lo juro, yo no iba a besarlas, es solo que ellas no miran y quizá nunca han recibido amor porque no tienen quien las ame —lloriqueó haciendo pucheros.
Yongsun se asomó al jardín con gesto preocupado —Jin amor, ¿qué sucede? Sentí tu tristeza —el omega alzó su mano para mostrarle lo que había en ella.
—Solo viven cuatro años alfa y no tienen huesos en sus cuerpos, todos flácidos y son feas y viscosas —lloró el omega.
La expresión de Yongsun era de confusión total, buscó ayuda en Jimin, pero este no supo responder que sucedía con su amigo.
—Ven amor levántate —pide tomándolo de la cintura, llevó sus manos a su rostro y limpió su llanto.
—Tengo sueño alfa.
—Cariño, pero si recién nos hemos despertado, ya hicimos el desayuno y ya será hora de ir a trabajar.
—No te vayas por favor alfa, no me dejes.
—Jin me estás preocupando corazón, ¿qué sucede?
—Nada es solo que te amo mucho —responde hipando a causa del llanto, su rostro estaba rojo y sus ojos empezaban a verse algo hinchados.
—Ya cariño, aquí estoy contigo, Jimin, ¿podrías ir con Jungkook y terminar de ayudarlo en la cocina? Hemos preparado unos hotcakes de banano y creo que necesita ayuda.
—¿Hotcakes de banano? —pregunta Jin exaltado—. Ya me siento mejor alfa, vamos a desayunar —correteó tomando la delantera hacia la cocina.
—¿Yongsun? —Jimin habla, preocupado.
—No tengo la menor idea Jimin, será mejor ir antes que incendie el comedor.
Se reunieron en la cocina, Jin estaba parado junto a Jungkook con un plato en manos esperando que el alfa pusiera su desayuno en él. Después de hacerlo y que el omega estuviera satisfecho, se sentó a comer tranquilamente.
Jimin se acercó al alfa con algo de vergüenza —Hola, Jungkook, buenos días.
—Hola, cariño, ¿cómo has dormido? —le regala una linda sonrisa.
—En realidad dormí muy bien, así que estoy bien, gracias —admira al alfa.
—Me alegra saber eso, vamos a comer porque hoy tendremos un día algo pesado, ¿te parece?
Llegaron junto a la pareja quedándose un poco sorprendidos por la forma en que el omega comía, sus mejillas estaban manchadas y Yongsun intentaba limpiarlas mientras él seguía luchado por llevar comida a su boca.
—Esto está delicioso Jungkook, gracias por cocinar deberías hacerlo más seguido, ¡no! Mejor todos los días y así comemos hotcakes todas las mañanas —el omega habló con la boca llena.
—Lo que usted desee, sir Jin —responde Jungkook con una exagerada inclinación como si de la misma realeza se tratara.
—Así me gusta plebeyo —el omega se burla.
—Bien, Jin y Jimin es importante que pongan atención a lo que diremos, ¿está bien? —cuestionó el alfa.
Ambos se vieron dando un asentimiento de cabeza.
—Como saben, no tardarán en llamarnos por lo de la redada, en la casa de ventas de omegas, así que no sabremos cuánto tiempo tardaremos en hacer la misión, no se preocupen si venimos tarde o si nos vemos hasta mañana, que es lo más seguro.
—Jungkook tiene razón chicos, por seguridad dejaremos algunos autos de vigilancia frente a la casa, nos estaremos comunicando por llamadas para saber cómo se encuentran. Solo prometan que no saldrán sin compañía, si necesitan algo llamarán a un número que dejaré y los comunicará con uno de los alfas que estarán haciendo guardias.
—Está bien, Yongsun no se preocupen —Jimin acepta.
—Cuídense y cuiden a Yoongi igual —Jin preocupado, dejó la comida a un lado.
—Estaremos bien, no se preocupen.
Jimin se mordía el labio inferior, sus manos se hallaron inquietas.
Jungkook se acercó pidiendo permiso con la mirada para poder confortarlo con un abrazo.
Su alfa vibró en su interior cuando el ojiverde se acurrucó sobre su pecho, le dejó una serie de besos en su cabellera provocando que Jimin riera.
—No, no, no, no, no, no y no, Jungkook suelta a Jimin —Jin interrumpió separándolos.
El alfa viró los ojos preparándose para la sarta de palabras que vendría del castaño.
—¿Cuáles son tus intenciones con Jimin, eh? —de nuevo la pose de mamá regañona en el omega.
—No molestes Jin, mira tus plantas se ven secas —Jungkook abraza más a Jimin.
—No intentes distraerme alfa tonto, aún no has hablado conmigo para que autorice eso o lo que sea que ustedes dos tienen —acusatorio levantó la ceja.
Yongsun tomó a Jin de la cintura alejándolo de ambos, el omega pataleó riendo al ver la expresión avergonzada de Jimin, subió y bajó sus cejas rápidamente, haciendo más fuerte el sonrojo de su amigo que se escondió en el pecho del alfa.
—Ya Yongsun, bájame y dame amor alfa.
—Cielo te noto extraño, ¿estás completamente seguro que te sientes bien?
—Mejor que nunca —sonríe con ternura.
Ambos se dirigieron a la sala.
—Jungkook debemos prepararnos para partir —su hermana asoma la cabeza por la puerta.
—Dame un segundo Yongsun.
Jimin apretó fuertemente sus brazos alrededor del cuerpo del alfa. Se sentía tan bien.
Jungkook cerró los ojos, deleitándose en las pequeñas caricias que Jimin hacía, muy feliz cuando un pequeño rastro de olor llegó a sus fosas nasales.
—Todo estará bien cariño, estaremos bien.
—No se olviden de Hoseok —suspira.
—Claro que no, amor. Necesitamos hablar cuando regrese, comenta con tu terapeuta todo esto, ¿bien?
—Está bien.
Sin decir más palabras, Jungkook se separó un poco para luego acercarse a su rostro depositando un casto beso en su mejilla.
Jimin escondió sus manos dentro de la gran sudadera que tenía puesta. Levantó la vista y Jungkook juró haber visto un pequeño destello brillar en sus ojos.
Su alfa jugueteó dentro de él porque sabía el porqué y la causa de esas pequeñas cosas.
—Gracias por todo, Jungkook. Se siente bien tenerte cerca —Jimin dijo avergonzado.
—No hay problema cariño, quiero que sepas que estoy dándote el espacio necesario. Que todo marche a tu ritmo y tiempo. Estaré esperando para cuando te sientas completamente listo —sonríe besando el dorso de su mano.
—No sabes como aprecio eso, estoy trabajando en ser mejor por mí y también para ti. Lo mereces, eres un gran alfa, Jungkook.
—Eso bebé, principalmente por ti —se termina de separar para ir a prepararse—. Regresaré lo más pronto posible, todo estará bien.
Los alfas partieron de casa, cabe decir que Jin estaba más extraño de costumbre cuando fue el momento de despedirse de Yongsun, el omega lloró por lo frío que se sintió su cuerpo sin el calor de su alfa.
Sí, en ocasiones el omega tendía ser muy dramático, pero Yongsun amaba eso de Jin.
Jimin entrelazó sus manos regalándole una pequeña sonrisa a su amigo.
—Maldita sea ricitos, solo con verte sonreír se alegran mis días.
—¿Qué te parece si vamos a preparar un pastel o algún postre para ellos cuando regresen? —propuso para calmarlo.
—Me gusta la idea, hagamos uno de chocolate... ¡No! Mejor de manzana o de piña, ¿o qué tal uno de caramelo o de limón?
—Lo que tú quieras Jin.
—Cuando terminemos podemos colgar la nueva pintura de Jungkook, estos días fueron estresantes y el alfa se puso a pintar como loco.
—Lo sé, terminemos en la cocina y luego las colgamos, últimamente se le dio por salir.
—Oye Jimin...
—Dime.
—Veo que se están entendiendo bien, con Yongsun estamos muy felices por ustedes, si te soy sincero no creímos volver a ver esa linda sonrisa en Jungkook.
—¿A qué te refieres? —se preocupa.
—Cuando lo conocí era muy serio, Yongsun dijo que desde que sus padres murieron él había cambiado, después creció y pues su vida amorosa no ha sido tan buena que digamos, así que sin hacer el cuento largo te doy las gracias por aparecer en nuestras vidas, nos devolviste a Jungkook. Él se alejó por un largo tiempo, es un alfa muy solitario.
—Por mucho tiempo pensé que nunca iba a conocer a alguien como él, me siento seguro y es como si estuviera en casa, quiero ser merecedor de él.
—Eso es muy lindo... Estoy seguro de que pronto podrán estar como desean —Jin se acercó aguantando el llanto, cuando llegó a sus brazos se deshizo a llorar sobre sus hombros.
—No pensé merecerlo Jin, no sé esto que siento es extraño, es como si lo conociera de hace mucho y por más que desee nunca podría separarme de él.
—El destino siempre nos lleva a donde pertenecemos.
—Ustedes me ayudaron mucho Jin, todo lo que ha pasado me hizo suponer en muchas cosas y llegué a una conclusión.
—No me digas que te irás Jimin —asustado lo abrazo.
—No, no es eso, solo puedo dar gracias a lo que sea porque ahora puedo decir que me siento querido, olvidé que era tener una familia y ustedes me lo recordaron, nunca supe que era ser apreciado como alguien como Jungkook, solo estoy tan agradecido, a pesar de todo lo malo y difícil estoy agradecido de lo que tengo hoy.
—M-Maldita s-sea Jimin —hipó Jin con su rostro tan rojo, tomó una parte de la sudadera de Jimin y se limpió la nariz. El ojiverde viró los ojos con una sonrisa—. Estoy tan orgulloso de ti amigo, eso es todo. No se trata de poder olvidar el pasado, lo difícil es dejar el pasado en el pasado, vivir en el presente y con el futuro solo el tiempo dirá qué nos depara el destino.
—Siempre sabes qué decir, eres como un hermano para mí, me encantaría que conocieras a Hoseok, estoy rogando para que lo encuentren, en ese lugar nunca pudimos hablar así como tú y yo, pero hacía tanto por mí que también le debo la vida.
—Ya verás que aparecerá y cuando lo haga iremos juntos a algún sitio para celebrar o algo, ese chico me agradó desde el primer instante que me contaste de él.
—Es uno de los omegas más lindos que conocí, ya verás cuando aparezca.
Continuaron hablando de Hoseok y todo lo que hizo por él cuándo estuvo encerrado, habló sin pesar en el corazón, solo preocupación por su amigo.
El tiempo pasó mientras cocinaban, terminaron horneando 4 pasteles de diferentes sabores porque Jin quería sorprender a los alfas cuando regresaran. Sabían que esta misión era crucial para el caso.
Fueron a la sala principal, Jin fue por los cuadros que Jungkook pintó, para este punto esa sección de su casa parecía una galería de arte.
—Estos los pintó cuando nos encontramos en nuestra semana difícil, estaba muy preocupado y pues ya sabes su método de relajación.
—Sí, me contó un poco de eso.
Jin quedó impresionado por la pintura que observaba, recordó una situación muy graciosa que había pasado un tiempo atrás cuando salía a pintar y ellos lo acompañaban.
—¡Oh por la luna! Esto me recuerda un día cuando una señora mayor haló de las orejas a Jungkook —aclaró la garganta tomando un tono de narrador—. Era una tarde linda y ella parecía ser parte de la hermosa vista de otoño, nuestro tonto alfa se dispuso a pintarla, pero la omega pensó que Jungkook era un acosador, así que lo golpeó con su bolso y tiró de su oreja —se carcajea doblándose mientras sostiene su estómago.
—Por Saturno, pobre de Jungkook.
—Yongsun abogó por él, le explicaron que Jungkook era policía y que solo estaba pintando, Dalia quedó encantada con la pintura, después de todo posó para Jungkook, él le obsequió su creación como una disculpa y nosotros nos ganamos un café y un pedazo de tarta ese día.
—Jungkook es muy bueno, creo que fue muy graciosa la situación, aunque siento pena por cómo se pudo haber sentido.
—Terminó bien, ahora, ¿podrías quitar el plástico del otro mientras yo cuelgo este? Yongsun puso los clavos antes de irse.
—Con gusto —con suma delicadeza, Jimin quitó el plástico que cubría la pintura—. Sabes Jin, he pensado en que es hora que aporte algo, no puedo vivir todo el tiempo como un bueno para nada —lanzó el dardo con la idea que tenía de hace algunos días.
—Por mí ni te molestes, pero si te hace sentir mejor cuéntame que tienes en mente que tienes mi total apoyo —Jin comenta sabiendo que si no le permite a Jimin hacer eso que desea podría hacerlo sentir mal. Él podría tenerlo para toda su vida junto a él sin necesidad que Jimin trabaje.
Jin tenía un pequeño banco en el cual se estaba subiendo para llegar donde estaba el clavo.
—Quiero hacer postres y ponerlos en venta, ustedes han elogiado mucho lo que hago y creo que se me subió un poco el ego, que podría hacer eso, pero no sé, ¿qué dices tú?
—Eso es una excelente idea, a todos nos encanta como cocinas, es extraño que no puedas pero tus postres son de mil estrellas.
—¿Consideras que gustarían?
—¿Es broma? Claro que gustarían, podríamos ofrecerlos en el consultorio y la estación para iniciar, luego abriremos algún local porque todo será una locura y cuando sientas habrá franquicias en todo Seul.
—No exageres Jin, no pienso ser tan bueno.
—Dile eso a la tarta que me comí ayer por la tarde, tengo hambre de nuevo, ¿podríamos ir a la cocina a preparar tiramisú? Jimin, tú tienes manos mágicas, es de otro mundo lo que cocinas, opino que si decidieras ir a marte y abrir un café para ir por tus postres todos los marcianos vendrían... aunque no sé si ellos podrían comer lo mismo que nosotros no sabemos de qué carajos se alimentan y...
—Jin... —Jimin niega feliz.
—Pero estoy seguro de que se acostumbrarían por lo ricos que son, aunque creo que estarían muchos días en el baño enfermos del estómago, ¿tú crees que caguen? Yo no sé, pero siempre imaginé que si existieran cagarían brillos por todo el polvo estelar que tragan y suena estúpido, lo sé, pero...
—¡Jin! —Jimin llamó riendo.
El omega seguiría hablando; sin embargo, se detuvo abruptamente al escuchar a su amigo reír, sus ojos se cristalizaron por los sentimientos que desbordaban en su interior.
—Jimin, tú te has reído... y de mí.
—Yo lo siento, no me burlaba de ti, es que no dejabas de divagar —responde con rastros de alegría en su rostro.
Jin bajó de donde estaba dando un pequeño brinco después de colgar el cuadro, tomó su rostro entre sus manos —Nunca dejes de sonreír, Jimin te miras hermoso haciéndolo.
—Gracias, Jin —sonrojado, le regaló una sonrisa más.
Jimin se dirigió frente a la pintura para poder apreciarla, su sonrisa desapareció de inmediato.
Todo se detuvo durante un momento, talló sus ojos acercándose más, pues no creía que fuera posible lo que veía frente a él.
Retrocedió varios pasos para alejarse, su respiración era pesada de nuevo, sintió un pequeño mareo y como todo se acumulaba en su pecho, pero recordó la voz pacífica de Jungkook, los consejos en terapia y fue relajándose poco a poco de nuevo.
Eso no era posible, debía estar volviéndose loco o algo parecido, era imposible.
Jin llegó a su lado preocupado —¿Qué te ocurre Jimin?
—Jin supongo que iré... yo me iré a recostar un poco, no me siento bien —tragó fuerte.
—Jimin, ¿qué sucede? —vuelve a preguntar preocupado.
—Nada son tonterías mías, ¿te molesta que vaya a descansar?
—No claro que no, ve yo termino aquí —Jin le observa extrañado.
Sin decir nada más, Jimin se dirigió a su habitación recostándose sobre su cama.
Su pecho empezó a doler, pero esta ocasión era diferente, se sintió diferente.
Cerró los ojos para disuadir el fantasma del ayer.
—No es posible claro que no, debo estar volviéndome loco —tapó su rostro con dolor en su pecho.
Repitió esas palabras hasta quedar dormido por las mantas marcadas con el olor de Jungkook. Necesitaba a su alfa.
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